martes, 15 de noviembre de 2011

Me acerqué a la orilla porque su canto no dejaba de atraerme.

Él desde la luna saltó y se zambullo en la oscuridad.

Decía suavemente con voz aterciopelada: "Te amo"...

Es raro lo que se siente cuando humedeces tu piel seca. El sonrío mientras me hundía entre sus brazos.

El agua como ejemplo de nuestra unión. Nadamos, nadamos tomados de manos. Nadamos como uno en el océano de nuestra existencia.

Una danza, un movimiento - El juntar de dos trozos de existencia que se reunian a festejar su convivencia.

"Te amo"...

Resonaba en mi cabeza. Él, solo él entraba y podía caminar el laberinto de tejidos que tenía en mi cabeza. Encontrar el final, esa era su especialidad.

"Te amo"... Le respondí a la distancia mientra su rostro se desvanecía en mi inconsciencia.

El primer rayo de sol, el primer sonido de los animales - El mundo comienza a reencarnar entre los habitos primeros de los seres pensantes.

Mientras tu sonrisa invade mi imaginación,
Tu voz inunda toda mi precaución...
Y mi alma, descuidada, sin techo
Ni ningún hecho...
Te anhela entre su confusión.

Te amo.

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