domingo, 28 de octubre de 2012

 Por viejos cantares,
por atesoradas maneras de andar,
por esas formas de la voz inmaculada,
por ésa calidez mi corazón
se ha sacrificado incesantemente.

jueves, 18 de octubre de 2012

 Me hundí: evoqué hasta desgarrar la mismísima barrera fundamental (o eso parecía ser); usé hasta el cansancio, gasté de tal manera que ni los huesos ni el inconsciente pudieron proseguir.

 Sucumbe me susurraba mientras yacía en la distancia abismal de los pensamientos infranqueables.

 Tan cerca y tan lejos, allí, en la distancia de la cercanía, en la estupidez de la debilidad. 

 Un último bastión donde anida aquello aún desconocido; una última morada impura por el proclamar de los siglos, una repetición que acuna al infante sin rostro.

 (Un nuevo monstruo ha nacido entre las cenizas del anhelar eternidades.)

miércoles, 3 de octubre de 2012

"Cuando los niños secuestrados por el viento
adheridos a su cintura sembrada de melodías
estallan en vagidos amarillos
mi corazón quiere asesinar.

He viajado muchas vidas montada en el viento.
Por eso canto sobre el ayer y el hoy
y mi voz tiene el hastío dulcísimo
de lo que aún no nació.

Recuerdo los sermones del viento
y sus lentos secretos robados a la bruja
-ella, la que ahora alimenta el fuego maldito
con mis cabellos-.
Recuerdo cuando el tren con alas se detuvo
y yo debí descender
y llorar en medio de multitudes.

Nostalgia del viento,
del candor, de la melodía.
Anhelo de volver
y de volver a ser.

No consuelos,
no cantos a los fantasmas,
no algodones rosados en las venas,
sino la lenta ternura lunar
y también el último beso
del viento."

Alejandra Pizarnik