jueves, 26 de mayo de 2011

Quien sabe que hora era; Las nubes como de costumbre revoloteaban junto al invisible en el cielo - Las aves volaban buscando quien sabe qué, como bebes que juegan al escondite buscando encontrar su objetivo. El mismo sonido, regresa y vuelve, choca - choca - choca, como el interior de un caracol... Nunca entendí porque decian que alli adentro se escuchaba el mar, nada como escucharle en vivo y en directo, nada como vivir junto a el por tanto. Por tanto... Hacia tanto, el tiempo perdido, inperceptible - Solo existia dia y noche en la fragante eternidad existencial que significaba vivir y despertar, comer y dormir, cazar y quien sabe cuando morir.

Los pensamientos se habian vuelto la unica cosa real, luego de la soledad, luego de mi estancia duradera acá, luego del viento como mi compañero de ensueños - Dominar los pensamientos, un arte al que todos temen, un arte del que todos huyen como si fuera la misma muerte mediante sus coloretes y sus billetes; Un arte perfeccionado mediante la purga en desnudez y soledad... Desnudez y soledad, vaya, dieciocho años de desnudez y soledad. Hacía ya mas de la mitad que me había acostumbrado, ¿saben?... El mar, los animales, las plantas, la soledad y el viento, ningun humano con deseos ni metas vanales para perturbar el curso pacifico de mi existencia... Sin embargo, hoy se habia vuelto dificil abrir los ojos.

-Parpadeo- Todo sigue irremediablemente igual, como irremediablemente pienso todos los dias, cuando irremediablemente siento lo mismo, sin empezar ni terminar, sin nada, ni siquiera vivir, porque aquí no hace falta nada de eso, no hace falta mas que existir.

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