jueves, 9 de febrero de 2012

Me he abandonado en un desierto desconocido
Donde nieva cada noche y cuando nace el sol todo lo posible se incinera.

Me he dejado llevar por lo prohibido,  transformándome así en lo que no soy.
Así me he transmutado: Lo que es, no es. Siendo así mi propio verdugo.

¿Por qué actúo para mi como lo haría una soga ante el suicida?
¿Por qué son mis manos una inquisición para mi espíritu?

Arrodillado, levantándose y yaciendo dentro de si mismo cuando le es posible,
Un ciclo artificial dentro de un pestañeo
Destinos violados por gritos, siempre antes del comienzo.
El auge se retuerce en un abrazo que lo despedaza
Mientras el tope mas alto siempre será el hueco mas bajo (y viceversa).

Se pierde, no puede seguir con suerte la rectitud
Un destino violado por puntos que desean caprichosamente cruzar una barrera hecha cráneo,
Trayendo así consecuencias invaluables para el equilibrio.

¿Equilibrio? Excusar es una opción para esta pintura que se aflige a si misma
Acepta que no estas preparado para ser, no oses volar como pájaro sin ley
Si luego no podrás consolarme.

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