martes, 31 de enero de 2012

Abre su boca y deja salir un brazo del viento:
Este toma su espíritu y se lo arranca de raíz.

Surgen alas donde una vez hubo un cuerno que sostuvo una grisácea nube,
De sus labios nace el alivio.
Su mente crea un pasillo cuyos pies sin darse cuenta han seguido.

¿Como ha de detenerlo?
Ya ha escapado. Esta lejos en un lugar desconocido;
Su fecha de partida es desconocida.

Se detiene y observa el espejo:
En sus ojos encuentra todo un mar en el cual sus versos se pierden,
Cae en la profundidad del azul, donde una vez soñó una sirena que le cantaba a través de otro sueño sobre la hierba. Una sirena de ojos rojos, una sirena cuyo corazón ha sido el único que le ha dado abrigo.

Mira sus manos ensangrentadas por todo eso aun mas fuera de si,
Todas esas cortadas hechas por la erosión de lo imposible.

Se pierde sin nacer, nace sin morir, ansía morir.
¿A quien le escribe? ¿A quien observa? ¿A quien escucha? ¿Quien le erosiona?
Inunda su voz de preguntas que solo el volver podría responder (Y solo en la mas perdida posibilidad).

Esa bocanada de aire vuelve a los pulmones, el alma vuelve a su cuerpo - No satisfecho anhela repetirlo, un regreso forzado, una palabra repetida, una descripción fastidiosa y cansada.

Déjenlo yacer donde el viento es mudo y las estrellas sordas,
Déjenlo existir en su templo, en su coraza
Algún día tendrá la valentía de abandonarla.
Mientras tanto el ir y venir se repetirá sin interrupción.

"¿Quien dice que el viento es limpio?
¿Como saber qué seres habitan en sus moléculas?
Respiro.


Atado a moverse: redundar, fluir, destruir. Atado a esas cuchillas que llevan el nombre de su poder.
Sus imágenes son burdas e inexpresivas, su rostro solo refleja una pesada vastedad."



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