jueves, 19 de julio de 2012

Soñé tus ojos mientras me perdía en los caminos de mis sombras.
Soñé mi sombra mientras pronunciaba tu nombre.
Soñé tu nombre mientras recordaba el mío.
Soñé mis intentos mientras permanecía vivo.
Soñé estar vivo mientras fingía no respirar.
Fingía, mientras mis manos,
abatidas por esperanza
melancólicas en su raíz,
creaban un beso
perfumado por el porvenir.
Un porvenir junto a ti.

Besa mi pecho,
abraza mi yo más oculto,
háblame cerca, al oído
camina por esos lugares
que mis manos nunca han transitado.

Bésame,
perfumame con tu voz.

Por favor.

Fuego ante la dinamita de mis vacíos.
Y tú, muerto y prisionero, te revivo.
Déjate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario