domingo, 5 de agosto de 2012

Escena de la locura

¿Qué tal si te obsequio mis manos?
Mirá, las he cortado para ti.

He inmolado los ideales mas arraigados
para construir un templo entre los árboles.

He asesinado la noche,
he desgarrado el cielo,
he sacrificado palabras y oraciones
configurando así cada pieza en mi alma
sólo para que tu mirada pueda deleitarse
por tan agonizante luciernaga de media noche.

He sido pintura,
soy canto,
solía ser eco,
pero las ondas de mi alma
se han desvanecido
por la erosión implacable del tiempo.

Sólo una nada absoluta ha sido dejada en el lugar donde habité,
sólo una nada absoluta es la que habla a través de mis miembros amputados,
evocando prados y ángeles
que alguna vez, a través de dolores oscuros y caminos filosos,
rescataban mi cuerpo moribundo
y lo elevaban al más pacifico de los infiernos.

Regocijo entrañable,
sentimiento, veneno, instantaneidad.

Me consumo: consumido, consumado.

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