miércoles, 24 de noviembre de 2010
domingo, 21 de noviembre de 2010
Las flores crecen mientras la mente florece...
Pequeñas chispas de fuego en la oscuridad. Revolotean en el misterio cautivando la fantasía de toda imaginación, como esporas en el aire se extienden... Se eternizan, flotan en libertad, hacen preguntar y dudar. Tan maravillosas y tan duraderas, sin embargo tan efímeras. Hadas en la pradera.
La paz de la luna cubre a las animas,
Suaves petalos de rosas bañan la mañana.
El baile de las ninfas da la bienvenida al día,
El rostro de longevidad aguarda escondida, escondida.
Las hadas de la costa y las torres de marfil.
Donde las sirenas se sientan en las piedras a partir.
Mi alma saturada, fragilada de mármol
Esperando tarde profundo en un pantano
El sol brilla y se deja llevar
La dama luna lo espera sin cesar
Forman una danza eterna, un gran amor celestial.
Aun estoy en la plaza junto a la Dama Mangua
Juntos hablamos, Jupiter se nos acerca
Y juntos creamos una hermosa acapella.
Son la esperanza y el amor los que crean esta canción
El hilarante delirio de un idilico sueño
Una profunda costa oceánica lejana en lo inimaginable.
Un mar concebido con profunda felicidad.
Son los cantos eternos de las aves sujetas allá.
Se acelera, la obra esta por terminar
Un ritmo celestial a los pies de la eternidad.
A la dama esta por tomar.
Una danza a los pies de la nada y la eternidad.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Atentamente: El río.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Después de la melancolía viene un sentimiento desconocido.
Lanza dos piedras al río, tomalo de la mano y conocelo.
Alza tu mirada al puente y se fijo, eres tu mismo. Vamos a conocernos, querido.
Yo y yo, juntos una vez. Aunque nunca estuvimos separados.
Recoge una de las piedras que tiraste, ahora mira lo que dice… Te sorprenderá lo que te dejo el río.