Un baluarte casi extinto es, sin ser ni jamás haber sido.
Cantar una canción que jamás existió,
Un ritmo que jamás tuvo significado
Y pintar una imagen que surgió de la inmensidad irrefutable.
Escribir sin una musa es,
Musa aquella que no asistió al asesinato de Soledad.
¡Que cruento crimen! Dijeron muchos.
Cruentos ambos, Soledad y yo.
Yo con mi egoísmo cegador que no me dejaba ver,
Todo lo que ella hacía por mi,
Yo que no quería aprender las lecciones.
Y ella, tan ácida, tan elocuente
Con tanta razón y tanto dictamen...
Debieron morir los dos. Y con nostalgia entregarse.
"Él esta allí, gritándote
¡GRITÁNDOTE!
Diciéndote que debes hacer
No ayer ni mañana,
Y no escuchas.
Te rehúsas, te atemorizas..."
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