martes, 5 de octubre de 2010

Queridos, amigos


La esperanza que yace sumergida en mi,
Agónica por el mundo en mi exterior.

Y se que la puedo revivir,
Se que yo mismo puedo abrazarla...,
Se que soy el único para hacerla sentir en su hogar.
Curarle esta terminante enfermedad que la ataca...

Busco en ti una flor marchita, en todos ustedes
Porque se que esta allí,
Pequeñita y abatida por toda decepción.
Busco en tu interior,
Pidiendo que me dejes entrar,
Déjame regarla por ti, porque se
Que la puedo revivir, por ti.

Tal vez no sea mucho o tal vez si lo sea,
Solo déjame hacerlo,...
Déjame intentar hacerte sanar...

Las estrellas que se apagan delante de mi,
Por el amor que nadie supo apreciar...
Ni el sacrificio que no supieron observar.

Sin embargo sigo igual,
Tan distante pero tan cercano
Y aun así te doy la mano...
Porque te levanto,
Porque eres mi hermano,
Como todos los demás.

Porque te amo,
Como a todos los demás.

Pero aun así,
Las estrellas necesitan respirar...

Aunque la tristeza no pueda ser callada,
Ni la felicidad eternizada
Aun seguirá viva la llamarada
Del brillante amar.

Y aunque decidas marcharte,
Acá siempre tendrás un hogar...
Fundido en la totalidad y la unidad.

Jesús González.

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