miércoles, 2 de mayo de 2012

 ¿A quién pertenece esta sed de antigüedades?
¿quién nos heredó desde tiempos
existentes sólo más allá de
pulsaciones en la carne,
éstos decaimientos y muertes,
que tan noblemente
han constituido nuestras vestimentas?

 ¿Me pertenecen estos escenarios de la muerte,
o son sólo el eco desgastado
por tiempo, palabras, pensamientos
de una voz ya irreconocible? (no-encontrable);
podríamos ser, en nuestros paraísos más ambiguos,
solo reanudación, reiteración y ondas.
Ondas que rehúsan desvanecerse en su ancestral
lejanía del lugar de parto.

1 comentario:

  1. ¿Recuerda lo que alguna vez dijo de Ravelo, que tenía tantas imagenes que a veces se perdía en ellas al leerlas?, pues me pasa con lo suyo eso, voy leyéndole y en cada verso me detengo que cuando llego al final no entendí nada pero termino satistecho de la sobresaturación de imagenes que usted le pone al poema —como si lo estubiése inflando— y creo que en eso radica su estilo, su propuesta, en cargar los versos de metáfora.

    Mire, le dejo esta frase que encontré en un libro:
    "¡Eh! ¿Quién dice ahí que crea?
    El problema del arte es un problema de traslados. Descomposición y ordenación de formas, de sonidos y de pensamientos. Las cosas y las ideas se van volviendo viejas. Te queda sólo el poder de babosearlas.
    ¡Eh! ¿Quién dice ahí que crea?"
    Pablo Palacio
    vida del ahorcado (1932)


    P.D:
    Cheque en el verso 2, 3 y 9 las palabras "heredo" y "solo".

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