No. Mi cuerpo (todo —más— allá; lugar de unión)
es un templo de alquimia y sacrificios,
donde nombres y hombres son
inmolados insistentemente
para vislumbrar, observar, poseer, entender:
Desnudar.
La muerte sólo consta de conjuros
cuya fricción genera nuevas oscuridades;
cada una más profunda, más inhabitable,
más luminosa y más despiadada.
El origen es olvidado, renegado,
borrado por los segundos;
mientras éste, en su forma de tiempo,
reclama la aniquilación como único requisito.
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