Te desnudas.
El silencio arranca tu piel, limpia tu alma, peina tus cabellos de sol y moldea tu figura de eternidad.
El silencio hace silencio. El movimiento hace movimiento. Te desposees: te unes al bosque donde tus ojos se disuelven en tus sueños - Siendo, siendo, siendo como un sueño. Eres un sueño. Eres real, estas aquí como lo estaría el viento y aquella desconocida mañana de Mayo. Eres como el dragón. Te posees. Te entregas, te desdeñas - Tu voz se convierte en un grito a mi sacrificio.
El altar es entregado, desnudado, sacrificado - Un sonido lo parte en dos y eyacula en sus deposiciones - Se crea el verbo, el instrumento, el grito mas grande lanzado al cielo. La idea lo engendra todo.
¡atraviesa tu alma con un rayo incandescente! Deja que la luz desfigure tus ojos, que destierre tu cerebro, que derrita tu alma - Derritete entre sus pestañas, la eternidad, el mes, lo inoportuno - Te disuelves entre mis manos. Eres entregado una vez mas y vuelves a nacer. Eres otra vez. No forzado, no esperanzado, no anterior - Eres nuevo, fresco como el mármol y denso como el cielo. Es tu nueva figura ¡tan esplendida como el océano! ¡Tan inmensa como la nebulosa, como Afrodita, como el sacrificio! ¡Vive otra vez! ¡Se uno con la inmensidad, con el azul, con el canto y sus ecos en la continuidad! Energía, sé energía a mis pulmones y déjate desvanecer.
Muere. Vuelve a nacer.
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