Un beso que desnude mi alma y la fusione a tu hermosura de cristal.
Podría escribirte mil palabras, pero solo el orgasmo producto del cruce de nuestras miradas es suficiente.
Ésta tristeza impregna los sueños en los que te he imaginado;
mil formas para determinar lo idéntico:
tú rostro contemplándome en medio de la infinidad de nuestra existencia.
Un beso y el rocío limpiará mi alma.
Un abrazo y las estrellas caerán sobre la pradera creada por mí para ti.
Yacer bajo el gran árbol,
en medio del indescriptible valle,
bajo luz de estrellas,
sobre la calidez de tu pecho.
(he desentrañado la creación de
improbables paisajes
solo para contemplarte a mi lado
ignorando muerte o final).
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